El rasgo fundamental de un trastorno afectivo como la depresión es una tristeza vital profunda que afecta a todo el funcionamiento de una persona, y tanto a las relaciones intra como a las interpersonales.

Pero hay otros aspectos clínicos comunes a la depresión que suelen presentarse. Son: ansiedad, irritabilidad, insomnio, pérdida de interés, sentimiento de incapacidad, inhibición conductual, pensamientos y/o conductas obsesivas, somatizaciones, culpa, pesimismo, llantos, ideación suicida … Estos acostumbran a ser los síntomas más frecuentes, aunque hay variabilidad en función del tipo de depresión y la intensidad.

Es importante diferenciar la Depresión de una tristeza normal, aunque la frontera a menudo es difícil de fijar. La tristeza es más proporcionada respecto a un desencadenante externo, su intensidad no es tan elevada, la duración es más breve y no tiene tanta repercusión en el día a día de la persona.

TRATAMIENTO

Actualmente, el Ministerio de Sanidad y Consumo en su Guía de Práctica Clínica, promovida por la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, afirma:

“…el tratamiento psicológico basado en técnicas cognitivo-conductuales es el tratamiento de elección para los problemas de ansiedad y depresión, como único tratamiento para los casos leves y moderados, y con tratamiento farmacológico, complementario para los casos más graves”.

El uso de benzodiazepines y antidepresivos hace que no se traten las alteraciones emocionales de manera adecuada, lo cual provoca que éstas tengan tendencia a persistir, a cronificarse y/o a desarrollar otros trastornos en los casos más graves. Hay que tener presente que disponemos de tratamientos psicológicos eficaces que enseñan a la persona a manejar correctamente sus emociones y, consecuentemente, a disminuir o eliminar los síntomas o el malestar clínico asociado a los trastornos de ansiedad y depresiones”.
Utilizamos 4 modalidades psicoterapéuticas básicas, de las cuales el eje central es la terapia cognitivo-conductual.

1 LA TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL

La terapia cognitivo conductual tiene como uno de sus objetivos fundamentales la modificación del estilo cognitivo, aspecto característico de la depresión por dos motivos:

La depresión a menudo es provocada por pensamientos negativos.

Los pensamientos negativos forman parte de la clínica de la depresión.

Nuestro papel como terapeutas es activo, puesto que orientamos y aconsejamos al paciente, para conseguir que tenga un funcionamiento más adaptativo, ofreciéndole en todo momento apoyo emocional. Igualmente el PACIENTE también tiene un papel MUY ACTIVO.

2 La terapia cognitivo conductual se lleva a cabo dentro de un CONTEXTO TERAPÉUTICO DINÁMICO, en el sentido de que tiene muy presente todo el funcionamiento emocional de la persona. La persona se hace más consciente de sus recursos emocionales, defensas, etc. y, a partir de esta conciencia, la orientamos en el desarrollo de un funcionamiento más adaptativo para mejorar la autoconfianza, la autoestima y la seguridad en sí misma.

3 Si bien, en esencia, en el tratamiento de la depresión y del trastorno por ansiedad generalizada utilizamos como eje principal la Terapia Cognitivo Conductual y la Psicología Dinámica, tenemos en cuenta igualmente las aportaciones de la Terapia Interpersonal. Ésta se centra en las relaciones interpersonales actuales, así como en el contexto social inmediato del paciente.

4 Psicología Humanista, esta psicología prioriza la experiencia humana, los valores y las actitudes, entendidos en el marco del crecimiento y desarrollo del ser humano en toda su totalidad. Dentro de la corriente humanista, encontramos la terapia Gestáltica, y de ésta tomamos la siguiente orientación:

en la situación terapéutica nos centramos en el aquí y ahora, hablando del pasado sólo en aquellas ocasiones en las que es necesario para entender sentimientos, pensamientos o conductas presentes.

El contexto terapéutico que se crea tiene los siguientes rasgos:
  • Un clima de aceptación, cuidado y aprecio de la persona, sin juzgarla;
  • Comprensión empática, dentro de la cual el terapeuta es percibido y vivido como una persona cercana;
  • en resumen, integramos los aspectos básicos de las diferentes corrientes terapéuticas, para conseguir un resultado más eficaz.

 

DURACIÓN:

En los trastornos depresivos, encontramos una mejoría considerable a los 2-3 meses aproximadamente, dependiendo del tipo de depresión, de su intensidad y cronicidad. Posteriormente se disminuye progresivamente la frecuencia, hasta llegar a una sesión quincenal, y finalmente, para prevenir recaídas y afianzar mejoría, se realiza una al mes.