Según diferentes investigaciones, “la dieta mediterránea podría tener un papel preponderante en la prevención de la depresión“, afirma Miguel Ángel Martínez González, miembro de la Sociedad española para el Estudio de la Obesidad (Seedo). El doctor Martínez González, ha revelado que la dieta mediterránea no sólo protege de las enfermedades cardiovasculares y de algunos de cáncer, sino que, además, puede reducir el riesgo de depresión entre un 40% y un 50%. Se refiere fundamentalmente, a frutas, cereales, legumbres, frutos secos, pescado y verduras.

Se sabe hace tiempo que los alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 (procedentes del pescado) y el aceite de oliva, por ejemplo, pueden mejorar los síntomas depresivos, de hecho constituyen un buen preventivo. Las grasas omega 3, influyen en la estructura de las membranas de las células nerviosas, mejorando el funcionamiento de la serotonina, neurotransmisor implicado en la depresión.

Se utiliza la terapia cognitivo-conductual en aquellas personas obesas que sufren depresión. El objetivo se centra en aprender pautas alimenticias, mejorar la autoestima, desarrollar habilidades sociales, favorecer la motivación para bajar de peso y adquirir pautas para hacer ejercicio. También se enseña, a resolver conflictos, sin recurrir a la evasión y la gratificación inmediata que proporciona la comida.